lunes, 15 de diciembre de 2014

02:00h Cambios

En meses ni una entrada en el blog...muy mal.
No sabia qué contar, ni cómo.
La situación era tan surrealista, que se me paralizó el alma.
Cada día parecía que iba a ser el último de mi extraña realidad.
Si todo se resolvía, qué podría escribir ya...?
Dudas, indecisiones...y mucha pereza...
Un día daba paso a otro y todo seguía igual.
La desesperanza bloqueó mis ideas.

En mes y medio mi vida ha cambiado.
Mi hija apareció con Noa, una cachorrita de pastor alemán.
Resultó imposible seguir en el estudio... ya éramos multitud.
Encontramos casa en un pueblo costero.
Paseando, en cinco minutos se llega a la playa...
Preciosa.
Sin las aglomeraciones del verano, ideal.

Ah, el acosador se vino también...

Mi vida se animaba.
Pero presentía que los cambios no se iban a quedar ahí...
Y entonces, lo peor que me podía pasar, sucedió.
Con la que está cayendo, quedarse sin trabajo es sentencia de muerte laboral.
Además, mi tortura se completa con el trato que me da el que me asedia.
Ni para buscar trabajo, podré tener paz...!


Y el que da semilla al que siembra, 
también dará pan para comer, 
y multiplicará vuestra sementera, 
y aumentará los frutos de vuestra justicia;
(2Co 9:10)


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